La inflamación de la glándula prostática o prostatitis, enfermedad rara antes de la adolescencia, representa la infección urológica más frecuente en los varones entre la segunda y cuarta décadas de la vida, constituyendo una causa habitual de consulta en la práctica diaria.
La prostatitis es una inflamación de la próstata que en ocasiones se acompaña de una infección por microorganismos que proceden del intestino del propio paciente. Rara vez esta infección se produce por contagio mediante el mantenimiento de relaciones sexuales.
La prostatitis es la inflamación e infección más frecuente en el hombre joven y no guarda relación alguna con la hiperplasia benigna o el cáncer de próstata.
Atendiendo a su etiopatogenia la prostatitis se clasifica en las siguientes categorías:
- Prostatitis aguda bacteriana.
- Prostatitis crónica bacteriana
- Prostatitis crónica o síndrome de dolor pélvico crónico.
IIIA. Inflamatoria.
IIIB. No inflamatoria.
- Prostatitis inflamatoria asintomática.
La prostatitis aguda cursa con síntomas miccionales intensos, malestar general, fiebre alta, dolor lumbosacro y perineal, con tendencia a la bacteriemia y la sepsis.
En el caso de la prostatitis crónica los síntomas son escasos y muy dispares. Puede cursar con alteraciones de la esfera sexual como pérdida de la erección parcial o total, eyaculación dolorosa y hemospermia (sangre en el semen). Los pacientes pueden referir dolor o molestia no invalidante en la región perineal, escrotal, peneana y suprapúbica. A su vez no es rara la presencia de síntomas miccionales leves como la disuria y polaquiuria.
El diagnóstico de esta entidad se basa en la sintomatología y las pruebas de laboratorio, pudiendo prescindir de las pruebas de imagen salvo en los casos en los que se sospeche una complicación grave como el absceso prostático.
Los cultivos de orina, tanto de micción espontánea como tras masaje prostático, y el cultivo de semen orientaran acerca del agente patógeno causante, habitualmente microorganismos gramnegativos y en especial las Enterobacterias (Escherichia coli, Proteus mirabilis, Klebsiella, Enterobacter, Serratia) y Pseudomonas aeruginosa. También se pueden identificar cocos grampositivos, como el Enterococcus y el Staphylococcus, aunque con menor frecuencia. No debemos olvidar en varones sexualmente activos la posibilidad de una infección urogenital por Neisseria gonorrhoeae, Chlamydia trachomatis, etc.
El tratamiento de la prostatitis aguda se basa en la terapia antimicrobiana, inicialmente empírica hasta la identificación del microorganismo causante, y en el alivio de los síntomas asociados.